No soy sólo yo, somos Nosotrxs
La pandemia por coronavirus nos ha demostrado la importancia de pensar en el bien común. Nos dio la oportunidad de entender que “para que mi familia y yo estemos bien, todas las personas en nuestro entorno deben estar informadas y hacerse responsables. Debemos entender que debemos protegernos los unos a los otros.”
Lo hemos comprobado en la escuela, al dar aviso de manera honesta y responsable cuando las y los hijos tienen síntomas, o al haber estado en contacto con una persona contagiada de COVID-19. Hemos atestiguado la manera en que podemos romper una cadena de contagios.
También lo hemos visto en los centros de trabajo: al cuidarme yo, cuido a las y los demás. Si tengo síntomas, me abstengo de acudir, notifico a las personas responsables. Si hay una persona cursando la enfermedad en casa, de manera transparente y responsable, me aíslo el tiempo indicado. No me quedo pasiva, tomo acción.
Incluso dentro del hogar, al notar síntomas leves y tomar las precauciones necesarias como el cubrebocas adecuado y bien colocado, y mantener los espacios ventilados para que otras personas en casa no resulten contagiadas, así les cuidamos.
Una lección importante de esta pandemia es que la información nos protege. Hoy sabemos que no tiene caso usar aerosoles desinfectantes o tapetes con cloro; saber que la manera de contagiar es la vía aérea y la interacción en espacios sin ventilación, conocer esos datos, nos ayuda a cuidarnos y a cuidar a los y las demás.
Este es un ejemplo clarísimo de la importancia de la información y de cómo usarla para nuestra protección y beneficio colectivo.
En verdad, deseo que podamos entender que lo mismo ocurre con la información pública. La información es poder y es un escudo protector contra los peligros, contra la corrupción, contra los abusos y puede evitarnos muchos problemas, incluso la violación de nuestros derechos por parte de las autoridades.
Un claro ejemplo de la importancia de la información como forma de protección lo tenemos con las personas en movilidad, migrantes y refugiadas. El primer punto para protegerse es saber que, aunque no tengas documentos, tienes derechos. Tienes derecho a la salud frente a esta pandemia, a vacunas, a atención médica. Tienes derecho al debido proceso, tienes derecho a denunciar un delito y a la justicia, tienes derecho a no ser extorsionada, ni torturada física o psicológicamente por tu condición irregular en el país. Por eso, la importancia de herramientas como la web app “Contigo Sin Fronteras”.
México cuenta con un buen sistema de acceso a la información, está al alcance de la población. Para nuestra propia protección y la de los demás, somos responsables de buscar la información y compartirla, hacerla nuestra y usarla en nuestro beneficio y el de la comunidad.
La desconexión y la individualidad nos cuestan muy caras, los abusos cometidos contra otros pueden ser contra nosotros y nosotras el día de mañana. Por eso, no podemos quedarnos de brazos cruzados: saber que puede aparecer el cuerpo de un bebé en el basurero de un reclusorio sin consecuencias, ni responsables; o que hay niños y niñas sin poderse curar por el desabasto de medicamentos, causado por una cadena de ineficacia y negligencia de las autoridades de salud; o que, en una tragedia, causada por la actual política migratoria y la corrupción, pierden la vida de golpe más de cincuenta personas sin que nadie resulte responsable.
Las tragedias de otros/as son también las nuestras, tenemos que entender las lecciones de la pandemia y tomar responsabilidad para cuidarnos los/as unos/as a los/as otros/as, cuidarnos entre nosotros/as porque, finalmente, estamos conectado/as y somos parte de una comunidad.
Autora: Ana Mercedes Saiz
Directora de Sin Fronteras iAP y mentora de #LaCampañaQueFalta.
Nosotrxs (México)