La fragilidad de Chile ante la pandemia Covid-19
Desigualdad y desconfianza
Si bien Chile tiene una larga historia de respuestas relativamente exitosas frente a diferentes tipos de emergencias sanitarias y, sobre todo, desastres naturales (terremotos, tsunamis, volcanes, rescate de mineros, control del cólera y otras enfermedades), la llegada del Covid-19 sorprendió al país en una situación de fragilidad caracterizada por el descontento social y desconfianza hacia la clase política y las instituciones de todo tipo. Así, la emergencia sanitaria vino a profundizar y evidenciar más aún las desigualdades, reflejadas en tres áreas.
En primer lugar, una evidente polarización social marcada por una ciudadanía que reclama por transformaciones profundas. Allí hay un grupo que se manifiesta con violencia, generando un clivaje claro con otro grupo de la población que también demanda cambios, pero alejado y castigando la violencia y la destrucción del espacio público, presente aún en el año de la pandemia, al menos en la capital. A ello se suma la conformación urbana que acentúa las desigualdades, especialmente en Santiago, donde en época de dictadura hubo expulsiones forzosas a barrios periféricos, que más tarde se convirtieron en los cimientos de la pobreza guetizada instalada y profundizada en los últimos 40 años. La conformación de áreas socialmente homogéneas al interior de la ciudad lleva a estigmas territoriales que erosionan la posibilidad de una sociedad inclusiva1. En Chile, donde el nivel de fragmentación es tan alto que las interacciones entre sectores tienden a ser mínimas, se ha reforzado la percepción de desconfianza y temor frente a un ‘otro ajeno’2.
En segundo lugar, el desigual desarrollo económico. A pesar de importantes disminuciones en la pobreza monetaria, los gobiernos han mantenido una forma de organizar la economía que sigue produciendo enormes desigualdades, manteniendo la pobreza multidimensional de forma estructural3. Esto se ve plasmado en varias esferas. Sólo teniendo en cuenta los salarios, en el año 2018, el 57% de los ocupados no podía sacar a una familia promedio de la pobreza4. Al mismo tiempo, el quintil más rico de la población concentraba alrededor del 72% de la riqueza5.
Así, el impacto económico de la pandemia ha estado especialmente vinculado con el pequeño y mediano comercio en algunos sectores de las principales ciudades del país, aunque la contracción de la economía y el escaso crecimiento ya tenía señales anteriormente, especialmente luego del estallido social del 2019. Los pronósticos de disminución del crecimiento y retraimiento de la inversión privada, por ejemplo, estaban ya presentes a finales de ese año.
En tercer lugar, la insatisfacción con la desigualdad ha desembocado en una crisis política marcada por bajos niveles de confianza en el presidente y los principales líderes políticos, limitados espacios de cooperación y una aparente redefinición del rol de los principales actores. El profundo descontento por el aumento del costo de la vida y la desconexión de los políticos con la ciudadanía llevó a que el 18 de octubre se radicalizaran las manifestaciones violentas. Esa noche, 20 estaciones fueron incendiadas y 41 dañadas. El metro, que era visto históricamente como el símbolo de la modernidad en el país, fue el lugar donde se canalizó la rabia ante las desigualdades del modelo neoliberal. La incapacidad de las autoridades de leer el contexto político y comprender el descontento de la población profundizó aún más la tensión que se vivía en las calles. Además, la respuesta basada en la acción policial que se desarrolló con violencia e impunidad (las pérdidas oculares fueron de las más graves y simbólicas) desembocó en la peor crisis de desconfianza hacia Carabineros, lo que, sumado a casos previos de fraudes en el mando de la institución, aumentaron la presión para llevar adelante un proceso de reforma policial.
Las respuestas
En un sistema profundamente neoliberal como el chileno, la principal preocupación de las autoridades al inicio de la pandemia fue evitar pérdidas económicas. Así, hubo, inicialmente, una resistencia a decretar cuarentenas generalizadas. Ello a pesar de las demandas de los alcaldes por instaurar una cuarentena nacional durante las primeras semanas de la crisis. En abril se instauraron las denominadas “cuarentenas dinámicas”, es decir, de acuerdo a ciertos indicadores como la tasa de contagio y la cantidad de casos, se decretaba cuarentena en algunas comunas y en otras no. En una ciudad grande y con mucha conectividad y tránsito entre comunas, rápidamente hubo evidencia de la inefectividad de la estrategia: hubo una explosión de contagios, llegando a ser uno de los territorios con mayor número de casos per cápita. Esto llevó, hacia la segunda quincena de mayo, al decreto de la cuarentena en toda la región Metropolitana. Una vez más, la ciudadanía estuvo expuesta a un gobierno desconectado de la realidad chilena que siguió el ejemplo de naciones más ricas para darse cuenta que sus ciudades son, en realidad, pobres.
Todos los datos apuntan a que las brechas socioeconómicas afectan totalmente la vida en cuarentena, desde la posibilidad de quedarse en casa a la de sobrevivir al virus. En la Región Metropolitana, las comunas que disminuyeron significativamente su movilidad durante la cuarentena fueron las pudientes de zona oriente (aproximadamente a la mitad), mientras que las que tienen más población popular en la zona sur bordearon una reducción sólo de entre el 20% y 25%6. Los barrios más vulnerables del sur pidieron más autorizaciones para asistir a funerales y llevar alimentos a personas privadas de libertad mientras que los más ricos destacan, sobre todo, por circular con sus mascotas7.
El segundo y más importante eje de la respuesta inicial a la pandemia fue totalmente “hospitalocéntrico”, es decir, basado en ampliar la capacidad hospitalaria para recibir a los pacientes más graves, en lugar de poner el acento en la prevención de contagios. Si bien era importante tener una buena respuesta en cuanto a capacidad hospitalaria, no era suficiente y nuevamente mostró desigualdades sociales, siendo el acceso a una buena atención de salud la más grave. Se ha identificado que la tasa de mortalidad en los hospitales públicos metropolitanos duplica al de las clínicas privadas8. Además, y de forma aún más grave, la tasa de mortalidad de adultos mayores en las zonas vulnerables ha triplicado la tasa de mortalidad respecto de aquella en los sectores con mayores recursos9 (Fernández, 2020).
En tercer lugar, ya con la crisis social desatada por el aumento del desempleo, la estrategia de respuesta a la pandemia incluyó ayudas focalizadas que buscaban auxiliar a la población más vulnerable, principalmente a través de la entrega de bonos y de cajas de alimentos. Sin embargo, las políticas focalizadas no fueron suficientes para apoyar a todos los sectores sociales que se enfrentaban a la crisis. La clase media, que no calificaba para acceder a los beneficios y ayudas iniciales en respuesta a la pandemia, también había tenido una disminución en sus ingresos. En ese escenario, la propuesta de retirar el 10% de los fondos de pensiones de manera universal tuvo un gran respaldo por parte de la población, logrando ser aprobada, incluso, con un segundo retiro en diciembre.
En definitiva, este vacío del Estado ha abierto aún más el espacio tomado por las organizaciones sociales que habían jugado roles importantes durante el estallido social, ya que éstas han llegado donde la institucionalidad no logra impactar. Además, se ha reactivado la organización territorial que se había visto previamente en Chile durante la crisis de 1980, especialmente vinculado con el desarrollo de ollas comunes que permiten entregar comida a la población más necesitada. Los municipios también tomaron un rol importante durante la pandemia. Siendo los más cercanos y conocedores de la realidad social, con sus demandas y propuestas, desafiaron las estrategias desarrolladas por el nivel central.
Al cierre del año 2020, el país enfrenta nuevamente endurecimientos parciales de las medidas de confinamiento frente al aumento de casos y concentrando la estrategia, ahora, no en el cupo de camas, sino en la vacunación, dejando nuevamente en segundo lugar las necesarias campañas de educación, comunicación y prevención.
Autora: Liza Zúñiga
Integrante del equipo Colabora.Lat Chile
- Sabatini, F. (2003). La segregación social del espacio en las ciudades de América Latina. Disponible en: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/La-segregaci%C3%B3n-social-del-espacio-en-las-ciudades-de-Am%C3%A9rica-Latina.pdf
- Dammert, L. (2012). Fear and Crime in Latin America: Redefining State-society Relations. Routledge.
- Fundación Sol. (2018, agosto 22). Fundación Sol por encuesta Casen: “Los distintos gobiernos han mantenido un modelo que produce enormes desigualdades”. Disponible en: http://www.fundacionsol.cl/2018/08/fundacion-sol-por-encuesta-casen-los-distintos-gobiernos-han-mantenido-un-modelo-que-produce-enormes-desigualdades/
- Durán, G., y Kremerman, M. (2018). Los Verdaderos Salarios de Chile 2018. Fundación Sol. Disponible en: http://www.fundacionsol.cl/estudios/losverdaderos-salarios-de-chile-2018/
- Martínez, F. y Uribe, F. (2017). Distribución de Riqueza No Previsional de los Hogares Chilenos. https://doi.org/10.13140/RG.2.2.36570.44485
- Reyes Jara, J. (2020, junio 19). Desigualdad y ollas comunes para combatir la pandemia – CIPER Chile. Disponible en: https://ciperchile.cl/2020/06/19/desigualdad-y-ollas-comunes-para-combatir-la-pandemia/
- COES. (2020, julio 23). [PRENSA] Los permisos para salir de casa reflejan la desigualdad en Santiago de Chile – COES. https://coes.cl/prensa-los-permisos-para-salir-de-casa-reflejan-la-desigualdad-en-santiago-de-chile/
- Sepúlveda, N., y Miranda, B. (2020, junio 21). Coronavirus: Tasa de mortalidad de los hospitales públicos metropolitanos duplica la de las clínicas – CIPER Chile. https://ciperchile.cl/2020/06/21/coronavirus-tasa-de-mortalidad-de-los-hospitales-publicos-metropolitanos-duplica-la-de-las-clinicas/
- Fernández, O. (2020, julio 26). Espacio Público: Muertes por coronavirus golpearon a zonas más pobres de la RM. La Tercera. https://www.latercera.com/nacional/noticia/espacio-publico-muertes-por-coronavirus-golpearon-a-zonas-mas-pobres-de-la-rm/W7MBMN52RZE6RK3K34MSWQBPE4/