Cerca de la post pandemia: Políticas interseccionales para enfrentar la violencia de género
A lo largo del mundo las medidas tomadas para frenar el virus SARS-CoV-2 priorizaron las dimensiones de salud y economía, dejando de lado lo social y los impactos que las políticas empleadas podían tener en esta área. Como resultado, la pandemia agravó brechas de desigualdad que hace siglos condicionan de diferentes formas la vida de las mujeres.
Diversas instituciones estatales y no gubernamentales advirtieron sobre los impactos que podría tener el confinamiento en la vida de mujeres que conviven con sus violentadores. No obstante, desde el Estado no se desarrollaron las medidas necesarias para enfrentar este problema y los fondos destinados a la lucha contra la violencia fueron redestinados a la lucha contra la pandemia.
Ninguna política pública es neutral y las medidas implementadas para frenar los contagios tuvieron impactos adversos en la vida de muchas personas. La medida de aislamiento tuvo diversos impactos en las mujeres y a la vez, quienes tuvieron más dificultades para sobrellevarla fueron los sectores de mujeres que no cuentan con trabajos asalariados, seguridad social, acceso a internet, y seguro de salud.
El proyecto Colabora.Lat investiga los efectos de la pandemia en sectores vulnerabilizados en América Latina. En Bolivia, se estudia el impacto de las medidas asumidas a niveles gubernamentales sobre las mujeres gremiales de las ciudades de La Paz y El Alto, uno de los sectores de trabajadoras más amplio del mercado laboral boliviano. A partir de entrevistas a profundidad y de espacios de escucha abierta, se identificó que una de las dimensiones que más afectó a las mujeres gremiales fue la violencia doméstica; sin embargo, esto no se refleja en los datos.
Los datos bajo la lupa
Los datos oficiales de violencia de género durante la pandemia, muestran que las denuncias y los casos atendidos disminuyeron considerablemente; si se analiza solamente estos datos se podría decir que durante este periodo la violencia disminuyó, sin embargo, existen otros indicios que hablan de lo contrario.
Estos son los datos que presentaron el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadística (INE):
Tabla 1. Casos de violencia física y sexual atendidos en establecimientos de salud
Departamento | 2019 | 2020 |
La Paz | 1.398 | 350 |
Fuente: Elab. propia con base en Min. Salud/INE
Según la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV), las denuncias de delitos de violencia son los siguientes:
Tabla 2. Delitos de violencia registrados por la FELCV
Delitos de violencia registrados por la FELCV | ||
Departamento | 2019 | 2020 |
La Paz | 9.284 | 7.154 |
Fuente: Elaboración propia en base a investigación Estado de situación de la violencia contra las mujeres en Bolivia 2021
Por otra parte, pero con cifras muy cercanas a las registradas por la FELCV, están los datos recopilados por el Ministerio Público/Fiscalía General del Estado, también sobre delitos relacionados a la Ley N° 348 “Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia”:
Tabla 3. Delitos de violencia registrados por el Ministerio Público/Fiscalía General del Estado
Delitos de violencia registrados por el Ministerio Público/Fiscalía General del Estado |
||
Departamento | 2019 | 2020 |
La Paz | 9.138 |
7.080 |
Fuente: Elaboración propia en base a investigación Estado de situación de la violencia contra las mujeres en Bolivia 2021)
De acuerdo a los datos reflejados en estas tablas, las denuncias por violencia doméstica disminuyeron considerablemente; según la FELCV el registro de casos de violencia se redujo en un 75% desde el inicio de la cuarentena. (La Razón, 2020)
Estos datos tienen correlato con la situación de confinamiento; es probable que durante la cuarentena rígida se hayan dado muchos más casos de violencia que no fueron denunciados debido al confinamiento, momento en el que las víctimas se encontraban encerradas con sus agresores sin la posibilidad de salir. Más allá del confinamiento, las instancias de denuncia parte de la cadena de lucha contra la violencia, se redujeron a su mínima expresión y no funcionaron de manera adecuada. Así lo relata una de las funcionarias del Ministerio de Justicia entrevistadas:
“Había casos durante la pandemia que el personal policial y los operadores de justicia se habían acostumbrado – como que antes de la pandemia – iba la víctima a denunciar, acudía y tenía que hacer todas sus diligencias, pero en la pandemia, en el confinamiento habían pedidos de auxilio que no eran atendidos; como que esperaban a que tenga que venir la víctima y que además esté con su moretón, con su costilla rota, etc., para recién hacer algo” (Funcionaria del Ministerio de Justicia, 2022)
El Ministerio de Salud y Deportes quiso llevar adelante un estudio sobre la situación de la violencia doméstica durante la pandemia, no obstante, se encontraron con limitaciones técnicas, pues no se cuenta con datos sobre violencia doméstica.
“Ahí hemos identificado un problema, digamos, estructural del sistema no solamente de salud sino todo el sistema que tiene que ver con protección de mujeres, niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y demás, porque no se cuenta, o bueno no se contaba – no sé cómo estará ahora – con una base de datos, una fuente de información real” (Funcionario de la Caja Nacional de Salud, 2022)
Durante la pandemia, especialmente la cuarentena rígida, no hubo una recolección de datos sobre violencia doméstica. La funcionaria del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto entrevistada, afirmó que durante la pandemia aumentaron los casos de violencia contra la mujer, a pesar de que esta realidad no esté reflejada en datos oficiales.
“Cómo sabemos, sí ha habido un incremento durante la pandemia, de lo que es los delitos de violencia física, psicológica y demás, que tal vez no se han hecho el seguimiento correspondiente con los SLIMS ¿no?, porque muchas de ellas no tenían dónde recurrir en su momento” (Funcionaria del Gobierno Municipal de El Alto, 2022)
Tal como señala ONU Mujeres, la ausencia de estadísticas vitales sobre la vida de mujeres, niñas y personas LGBTQ+ hace que las desigualdades de género no se visibilicen. (Organización Panamericana de la Salud, 2021)
Más allá de lo que digan o callen los datos, en el estudio que lleva adelante Bolivia, se instalaron espacios de escucha abierta con mujeres gremiales y productoras, en estos se notó que la temática de la que más quieren hablar es violencia de género, lo que dejó ver el impacto tangible que tuvo el confinamiento en sus vidas.
“(…) como ya era la cuarentena estaba todo el día con su esposo juntos, ellos dos. Él les trataba mal a sus hijas pequeñas y empezaban a discutir papá y mamá; ya no se entendían, casi cada día discutían y se pegaban” (Comerciante de El Alto, Taller con CEMUPE, 2022).
Las medidas de confinamiento no solamente afectaron económicamente a las mujeres gremiales, para muchas quedarse en casa significó un peligro inminente. Las gremiales presentes en los talleres hablaron de sus amigas, otras contaron sus propias experiencias, pero prácticamente todas enfrentaron diferentes formas de violencia.
En los talleres de escucha activa se notó que la mayoría de las mujeres ya identifica diferentes tipos de violencia de género y también se notó que una de las formas de violencia que más enfrentan las mujeres gremiales es la violencia económica.
“a mi mucho me han contado, pero sé que no denuncian. No debemos aguantar esas cosas, siempre le hablamos, pero ese ratito las hermanas no quieren, a veces queremos ayudar y ´no´ dicen ´¿mis hijos? ¿Quién les va a mantener? No tengo plata´ por miedo a eso nomas” (Mujer gremial, Taller con OMAK, 2022)
“yo bastante que he conocido a mujeres que sufren violencia y es porque aguantan las mujeres por la economía, no son independientes. Entonces, mi persona siempre trata de empoderarlas con las habilidades que tienen, ¿no? (…) les das ideas y puedes ver que se independizan, no siempre dependientes de su pareja, pero también sufre el dinero de la casa, pero yo lo que ido viendo es eso, como factor económico. Entonces hay que apoyarles a que se independicen” (Mujer gremial, Taller con OMAK, 2022)
El confinamiento comprometió la independencia económica que muchas mujeres gremiales habían logrado alcanzar. En una situación de dependencia, muchas se vieron sometidas a la violencia económica que, por lo general, decanta en otras formas de violencia.
“había en esos tiempos mucha violencia, entonces en la tele mismo informaba que llamemos si veíamos casos de violencia porque se estaba incrementando por lo que estaban encerrados y eso” (Gremial, Taller CEMUPE)
En este contexto de total abandono estatal, surgieron líneas de denuncia gratuitas y otras medidas impulsadas por organismos internacionales, ONG, y otras instancias.
Probablemente puede verse una radiografía más certera de la situación en los datos de llamadas a las líneas gratuitas de denuncia. Aproximadamente un mes después de que se decretó la cuarentena rígida comenzaron a instalarse varias líneas para denunciar la violencia doméstica, algunas de estas se aliaron con la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV), mientras que otras iniciativas de organismos internacionales, empresas u otras instancias, actuaron de forma autónoma.
La FELCV en alianza con Fundación VIVA, atendió 5.300 llamadas de denuncia. El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, también habilitó líneas de atención legal, no obstante, no existe un registro del número de llamadas atendidas durante la cuarentena rígida.
La mayoría de estas líneas gratuitas ofrecieron contención emocional, psicológica, acompañamiento y asesoramiento legal, más no existió una actuación coordinada y efectiva entre estas líneas de apoyo con instituciones estatales parte de la cadena de atención a casos de violencia. La línea de atención de la FELCV fue una de las que atendió más llamadas; sin embargo, se denunció que esta instancia actuó de forma deficiente ante las denuncias. No se lograron atender todas las llamadas, ni acudir a todos los lugares desde donde se hacían las denuncias, pues todo el personal de la policía, incluido el de la FELCV se encargó de controlar el cumplimiento de las medidas de confinamiento.(Alianza Libres sin Violencia. et al. 2020)
Respecto al funcionamiento de las líneas de llamadas, la funcionaria del Ministerio de Justicia indicó:
“Durante la cuarentena rígida no, pero sí en la investigación de Violencia en contra de mujeres con discapacidad en la pandemia se ha logrado identificar que los números telefónicos – tal vez no todas las llamadas, pero – prácticamente- no se contestaba, era muy, muy inaccesible” (2022).
Según el estudio Análisis de Género y Salud: COVID-19 en las Américas, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países con políticas y estructuras de género bien institucionalizadas, durante la pandemia, lograron incorporar rápidamente medidas y políticas orientadas hacia la igualdad y la equidad de género, mientras que países con gobiernos más conservadores enfocaron sus acciones en medidas que giraban en torno a criterios puramente epidemiológicos.
La importancia de una política pública intersectorial
Al inicio de la pandemia, en Bolivia se aplicó una forma de Gobernanza Institucional, esto quiere decir, que las medidas fueron tomadas por las cabezas del gobierno nacional y si bien se coordinó con un Comité Científico Asesor, este se enfocó en la dimensión epidemiológica, motivo por el cual, la cadena de instancias encargadas de luchar contra la violencia de género prácticamente desaparecieron.
Entre otras cosas, esta pandemia dejó ver que en Bolivia, las instancias que trabajan por las mujeres y las diversidades, así como las leyes que velan por estas poblaciones, no están afianzadas. Esta institucionalidad no tiene capacidad de respuesta en periodos de crisis.
Ante la falta de respuesta estatal tuvieron que mediar instancias no gubernamentales, con resultados variados. La Organización de Mujeres Aymaras del Kollasuyo (OMAK) fue una de las organizaciones que al notar la ausencia de la institucionalidad estatal, acompañó a mujeres que vivieron violencia durante la pandemia, a través de diferentes medios, como radios y reuniones virtuales abiertas hablaron con mujeres productoras y comerciantes sobre el impacto emocional que tuvo sobre ellas la pandemia. Por otro lado, desarrollaron una aplicación denominada Felisa Yanapiri, a través de la cual ofrecían acompañamiento a mujeres que denunciaron violencia doméstica. Este, es solo un ejemplo de las iniciativas ciudadanas que surgieron ante la ausencia estatal.
Hoy nos encontramos ante un panorama cercano a la post pandemia y poco a poco nos vamos olvidando de lo que fue y de lo que se vivió, pero es necesario volver atrás para saber cómo enfrentar posibles rebrotes u otras pandemias, de manera efectiva y responsablemente.
Esta pandemia dejó ver las debilidades de la lucha contra la violencia y también permitió ver la importancia de contar con protocolos para enfrentar emergencias sanitarias y crisis políticas.
Otra de las lecciones que dejó la pandemia fue entender que las políticas unidimensionales pueden llegar a tener un efecto negativo en gran parte de la sociedad. Medidas como el “quédate en casa” ofrecieron seguridad a ciertos sectores sociales y resultaron extremadamente perjudiciales para otros, como para las mujeres gremiales, quienes necesitaban salir a vender sus productos para sobrevivir.
Evidentemente, en Bolivia existieron avances importantes en cuanto a la legislación favorable a las mujeres, sin embargo, nos encontramos en otra etapa en la que es necesario repensar los límites de estas normativas, así como reconocer a quienes excluyen. Toda política o medida tiene impactos diferenciados y en este sentido, es esencial plantear política pública intersectorial que surja de procesos de gobernanza colaborativa, aún en momentos de emergencia. Al mismo tiempo, se debe comenzar a reconocer que no es posible legislar para “las mujeres”, sino que es preciso generar medidas diferenciadas para diversos sectores de mujeres y diversidades.
No será lo mismo hacer una ley para enfrentar la violencia para mujeres asalariadas que para mujeres gremiales, o para aquellas que viven en el área rural. En este sentido, es importante generar espacios de gobernanza colaborativa social, en los que autoridades gubernamentales, sociedad civil y mujeres de determinados sectores dialoguen, sin intermediarios, para que las autoridades legislen con conocimiento de causa.
En estos espacios será necesario hacer un análisis interseccional para poder re-conocer la complejidad de la violencia de género y las particularidades que tiene cuando se manifiesta en diferentes sectores sociales. Con las mujeres gremiales por ejemplo, será importante trabajar sobre la independencia económica, para que aquellas que buscan salir de situaciones de violencia económica en sus hogares no pasen a depender económicamente de un banco.
Este es un trabajo largo y sostenido, que implica reconocer que las violencias que enfrentan las mujeres gremiales no nacieron en la pandemia, sino que son parte de un sistema de opresión colonial y patriarcal que las excluye de un mercado laboral asalariada y con derechos laborales. En este sentido, la independencia económica de las mujeres gremiales, pasa por la generación de fuentes laborales con beneficios sociales.
Es fundamental desarrollar estrategias y protocolos en espacios colaborativos, en los que se defina cómo se tratará la violencia de género en contextos de confinamiento, encierro o nuevas emergencias sanitarias.
Referencias
- Alianza Libres sin Violencia. (2020). Situación de la violencia contra las mujeres en el contexto de la pandemia por la COVID-19. La Paz.
- Ferretto M. La violencia de género en tiempos de pandemia. En: Organización Panamericana de La Salud, (2021), Análisis de Género y Salud: COVID-19 en las Américas, Washington DC. Disponible en: https://bit.ly/3QuKlGr
- La Razón. (2020). La FELCV habilita 11 líneas WhatsApp para denuncias de violencia. 2022, junio, 20, de La Razón . Sitio web: https://bit.ly/3zPK37J
- Organización Panamericana de La Salud, (2021), Análisis de Género y Salud: COVID-19 en las Américas, Washington DC.
- Villar, Alicia. (2021). Interseccionalidad y políticas públicas de igualdad: Elementos de debate. Valencia: Universidad de Valencia.
Autora:
Tania Montes
Investigadora Colabora.Lat Bolivia