4 lecciones sobre la vacunación en América Latina
El mundo se enfrenta a la campaña de inmunización más ambiciosa de su historia, y en el caso de América Latina, el limitado acceso a vacunas ha marcado el paso de la vacunación. Para el 9 de mayo del 2021, se han confirmado más de 32.5 millones de casos y 1 millón de muertes por COVID-19. Desde Asuntos del Sur, Matias Bianchi señala un escenario sumamente peligroso: a pesar de concentrar únicamente un 8% de la población mundial, una quinta parte de los contagios y el 30% de las muertes vinculadas al virus se han registrado en la región. A pesar de este contexto, únicamente el 3% del total de su población ha sido vacunada.
Con el fin de detectar las buenas prácticas implementadas en América Latina, desde Diálogos se realizó una radiografía de los esquemas nacionales de vacunación en nueve países: Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Honduras, México, Colombia, Chile, Argentina y Bolivia. Este enfoque ha arrojado luz a varios elementos que deben ser tomados en cuenta para mejorar la transparencia, efectividad y socialización de los procesos en la región, especialmente para el caso de Guatemala. Sobre ello, se presentan algunos de los principales hallazgos:
Lección 1: anticipación, determinante para el acceso a vacunas
El primer paso apunta a asegurar la disponibilidad de vacunas para inmunizar a la población. Chile inició las primeras negociaciones con distintos laboratorios en el primer semestre del 2020 y basó su estrategia en dos principios: la anticipación y la diversificación. Dentro de ella, se planteó la implementación de ensayos clínicos de las vacunas; esto para desarrollar un vínculo con la comunidad científica y estrechar las relaciones con los desarrolladores de vacunas. Para julio de ese mismo año se cerró la primera negociación y tan solo dos meses después del inicio de la campaña el 24 de diciembre, ya se contaba con tres millones de personas vacunadas.
En esta línea, el caso costarricense también refleja una preparación anticipada. Las negociaciones se llevaron directamente con la compañía farmacéutica Pfizer/BioNTech, para luego convertirse en uno de los primeros 10 países del mundo en formalizar un acuerdo con el laboratorio el 3 de diciembre del 2020. Tan solo 20 días después, Costa Rica se unió a Chile y México en la inauguración de la vacunación en la región. Adicionalmente, se habilitó el acceso a vacunas desde el sector privado a través de la resolución MS-DM-RM-0933-2021, que detalla los pasos para obtener la autorización de uso e importación de vacunas de forma particular.
El caso guatemalteco es diametralmente opuesto, pues la implementación del plan depende únicamente de dos fuentes hasta el momento: un acuerdo bilateral y un acuerdo multilateral. Además, el marco legal que respalda la adquisición de vacunas se oficializó hasta enero del 2021, retrasando el proceso de negociación y causando un entorno desfavorable para el Ministerio de Salud. Esto se refleja la presencia de un intermediario en la oficialización del pago adelantado de Q614.5 millones correspondientes al 50% de dosis adquiridas. Como consecuencia, las pocas garantías de entrega se concretaron en un inicio tardío de la vacunación, que, además de ejecutarse a base de donaciones, testifica los riesgos de no diversificar fuentes.
Desde la inauguración de la campaña de inmunización en diciembre del 2020, Chile ha liderado la vacunación en la región. Paradigmáticamente, también se encuentra en medio de un repunte de casos, con una de las tasas de contagio y ocupación hospitalaria más elevadas desde el punto más crítico de la pandemia en junio del 2020. La investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Liza Zuñiga, atribuye estas deficiencias a la ausencia de un esquema de gobernanza colaborativa en la gestión de la pandemia. En él, se ha abordado la variable sanitaria de forma aislada, dejando de lado otras aristas como la social o la económica.
Lección 2: priorización de grupos vulnerables
La Organización Mundial de la Salud establece algunas métricas para valorar el diseño de estrategias de vacunación. Entre ellas, se señala que los lineamientos de cada plan deben estar apegados a la realidad de cada país. Esto permitirá adaptar la priorización de las vacunas a las características epidemiológicas de la propagación del virus y matizar de acuerdo al contexto. Colombia es un buen ejemplo de ello, pues en su plan se precisan principios éticos como la hoja de ruta de un enfoque diferencial de atención a grupos más vulnerables. Esto les ha permitido ir más allá de las primeras fases y abordar otros grupos, como la población migrante o comunidades indígenas y afrocolombianas asentadas en lugares remotos. Sobre esta línea se han planteado diversas tácticas de implementación, como campañas de micro-concentración en áreas rurales, brigadas móviles y jornadas intra/extramurales.
Este enfoque diferencial también se replica en Bolivia, en donde el proceso de pre-registro toma en cuenta elementos como el nivel de dificultad de acceso a la región y el acceso a electricidad e internet. En esta línea, también se considera un plan de comunicación con enfoque intercultural, que incluye acciones específicas para las comunidades de los 36 pueblos indígenas originarios del país. También es preciso considerar que la naturaleza del suministro de vacunas y las condiciones epidemiológicas son dinámicas e igual de importantes para afrontar la pandemia. Bolivia ha reflejado la capacidad de adaptar la estrategia a este principio: ante un suministro limitado de vacunas, se han priorizado las fronteras con Brasil para evitar la propagación de la nueva variante.
Lección 3: sistemas de registro accesibles y modernos
Para asegurar el éxito en la implementación, la infraestructura debe tener la capacidad de enfrentar la magnitud de la emergencia. Con esto no solo se señala infraestructura física como centros de vacunación, también subyace la infraestructura informática que respalda los sistemas de información y las plataformas de registro.
En el caso de Colombia se adoptó una estrategia innovadora con el PAIWEB, una aplicación informática desarrollada para cubrir todas las variables relacionadas a la campaña de inmunización. Este sistema se rige bajo el principio de interoperabilidad con otros componentes, como el Registro Único de Afiliación, el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud y la Bodega de Datos de SISPRO. Bajo este diseño, el registro se retroalimenta de forma constante y desde múltiples centros de información.
La efectividad del proceso de vacunación requiere accesibilidad para toda la población, sobre todo para aquellos que por sus condiciones de vulnerabilidad no cuenten con recursos digitales. Por ejemplo, México habilitó un módulo de inscripción a través de un número telefónico gratuito, para garantizar cobertura en lugares remotos. Asimismo, Bolivia presentó una alternativa al registro en línea a través de una modalidad offline de registro para todas las vacunaciones de unidades móviles que no tengan acceso a internet.
Experiencias como la argentina y costarricense apuntan a una modernización a largo plazo. Estos países han gestionado los mecanismos de registro dentro del marco de plataformas oficiales que permiten la creación de “perfiles digitales” por parte de los ciudadanos. En el caso de Costa Rica, la aplicación EDUS se concentra únicamente en temas relacionados a sanidad, mientras que Argentina lo lleva un paso más allá a través de Mi Argentina, que también permite realizar otros trámites y servicios del Estado.
Lección 4: transparencia en los procesos
Por último, la garantía de transparencia no debe pasar desapercibida, especialmente en situaciones de interés nacional como lo son las campañas de vacunación. Con un 20% de su población vacunada, El Salvador es el segundo país más avanzado en Centroamérica. Sin embargo, el manejo de la crisis se ha caracterizado por su opacidad, pues toda la documentación de respaldo, los procesos de adquisición de vacunas, el plan nacional de vacunación y la estrategia de despliegue de vacunas han sido tipificados como información reservada por ley, entorpeciendo el proceso de rendición de cuentas y restringiendo la auditoría social en su forma más primaria. Contrario ha sido el caso de Argentina, quienes han abordado la vacunación desde un enfoque basado en la apertura y accesibilidad de la información, presentando datos en formatos abiertos, detallados y actualizados constantemente.
Tabla: Transparencia en el esquema de vacunación
A lo largo del último año, América Latina ha sido una de las regiones más afectadas del mundo, por lo que la llegada de las vacunas abrió una oportunidad para hacer frente a la pandemia y frenar el continuo aumento de las brechas sociales. En esa lucha, el ejercicio de comparativo de la región revela una amplia diversidad de estrategias de los planes y procesos de vacunación, con mayores y menores niveles de éxito.
En el caso de Guatemala, existen muchas lecciones con relación a los mecanismos de acceso a la vacuna, la priorización poblacional con abordaje a grupos vulnerables, el diseño de plataformas de información robustas y la transparencia en la gestión de la pandemia. Es crucial reconocer las limitaciones que supone el contexto guatemalteco para así encontrar una salida a la crisis sanitaria de una forma inclusiva, que responda a toda la población de forma integral.
Autora: Isabel Reyes
Asistente de investigación
Diálogos (Guatemala)
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