Enfoque interdisciplinario: 5 lecciones que nos deja Chile para la construcción colaborativa de soluciones públicas
“Todo conocimiento que termina en palabras morirá tan pronto como llegó a la vida, a excepción de la palabra escrita: que es su parte mecánica”
Leonardo Da Vinci
En un contexto marcado por mayor acceso a la información, pero con poca capacidad de transformar aquello en conocimiento útil para la sociedad, el pensamiento interdisciplinario se vuelve una práctica, que permite romper las burbujas informativas y la mentalidad en silos para trascender y generar soluciones a los problemas actuales de la humanidad. Por ejemplo, ese pensamiento interdisciplinario puede utilizarse para la implementación de políticas públicas basadas en la colaboración, con respuestas ágiles y considerando las realidades de los territorios y las personas que los habitan.
Un caso que ejemplifica cómo la gobernanza colaborativa lleva a resultados concretos que beneficien a las personas, se encuentra en Chile con la iniciativa del Grupo Epidemiológico Matemático de la Universidad de Santiago de Chile (GEMVEP-USACH), que reunió a académicos/as, profesionales y estudiantes de diversas disciplinas como Estadística, Ingeniería y Medicina.
Durante su primera etapa en 2020, el GEMVEP-USACH mantuvo como objetivos vigilar, alertar y analizar brotes epidémicos estacionales, no estacionales y pandémicos, especialmente el comportamiento del Covid-19 en Chile. De igual manera, se propusieron aportar al debate público, a través de la revisión del correcto uso de herramientas estadísticas y su comunicación hacia diversos actores; así como también, propusieron métodos estadísticos para un análisis certero de datos epidemiológicos.
El GEMVEP-USACH logró contribuir en el análisis de datos durante la pandemia Covid-19 en el país, brindando un servicio web analítico con dashboards y la generación de informes a nivel nacional, regional y local, que incluyeron mapas, visualizaciones, datos desagregados por regiones y comunas; así como proyecciones para conocer posibles escenarios de contagio.
Estos datos se divulgaban a través de redes sociales como Twitter, Instagram, Facebook y Telegram, donde llegaban a una audiencia de más de 10 mil seguidores. Gracias a la información e indicadores disponibles, el GEMVEP-USACH participó en la discusión pública respecto al impacto del Covid-19 en Chile, donde sugirieron cambios en las políticas para una respuesta más efectiva y fue reconocida por las instituciones públicas y la misma academia. Además, los datos fueron utilizados por gobiernos regionales y locales para anticiparse a brotes y priorizar posibles zonas de mayor contagio.
Más allá de la pandemia: ¿Qué podemos aprender para el futuro?
Luego de pasar por los momentos más dramáticos que se vivieron por la pandemia de Covid-19, pareciera que estas iniciativas lucen lejanas en pleno 2023. Sin embargo, las prácticas y precedentes que marcaron el GEMVEP-USACH son lecciones que se deben considerar como estándares deseables para la implementación de buenas prácticas colaborativas en otros ámbitos de las políticas públicas y para beneficio de las personas. Por esa razón, desde Colabora.Lat compartimos 5 lecciones que podemos aprender del enfoque interdisciplinario del GEMVEP-USACH:
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Más colaboraciones entre profesionales distintos
Atravesamos una época marcada por la sobre especialización en casi todos los campos del conocimiento. Según el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, esto trae como consecuencia, que nuestras interacciones sean más frecuentes con personas con el mismo tipo de conocimiento. Podría preguntarse cuál es problema con esto, si el diálogo entre técnicos similares puede generar conocimiento. Si bien esto es cierto, cuando no existe un balance, donde haya oportunidad de intercambiar con personas distintas, se corre el riesgo de tener un pensamiento de grupo que priorice la conformidad por sobre el pensamiento racional.
Para este problema contemporáneo, el enfoque interdisciplinario resulta clave, ya que permite la generación de nuevas ideas e impulsa una discusión permanente, que puede derivar en soluciones a problemas coyunturales.
Este fue el caso de la creación del Grupo Epidemiológico Matemático de la Universidad de Santiago de Chile (GEMVEP-USACH), cuyo primer rasgo de innovación subyace en la composición de sus miembros con profesionales provenientes de diferentes ramas como la Estadística, Ingeniería y Medicina, que, ante la urgencia que representó la pandemia, unieron su experticia para generar productos innovadores y con utilidad pública como fueron los informes y análisis sobre el avance del Covid-19 en Chile.
Cabe preguntarse, si esta colaboración entre múltiples disciplinas no es necesaria para enfrentar otros problemas de América Latina y Sur Global como el cambio climático, los flujos migratorios y el dilatado desarrollo económico. Sin lugar a duda, se trata de una de las lecciones, que deben ponerse en práctica y generar los incentivos para que suceda.
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Volver a aprovechar la institucionalidad de la universidad pública
Una colaboración interdisciplinaria e innovadora implica riesgos, normalmente, se trata de desafíos que el sector privado no está dispuesto a tomar. Ante esta realidad, el rol del Estado a través de sus instituciones juega un papel central para financiar y promover iniciativas que puedan implementarse y llevar a un resultado distinto o mucho más efectivo a las problemáticas públicas, especialmente, si se trata de emergencias. Una de estas instituciones del Estado llamadas a promover dichos espacios son las universidades públicas, quienes cuentan con los recursos, la infraestructura física y el conocimiento técnico para levantar y sostener las colaboraciones interdisciplinarias.
De nuevo, en este punto, el GEMVEP-USACH nos brinda una importante lección, no solo porque nace de una universidad pública como la Universidad de Santiago de Chile (USACH); sino además por la forma de obtención de recursos, a través del Fondo VIME 2020 de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la misma USACH, todo bajo un proceso de concurso y con fiscalización.
Esta práctica, se trata de un círculo virtuoso público completo, ya que la información generada por el GEMVEP-USACH sirvió para emplazar a las instituciones públicas a que tomarán mejores decisiones sanitarias; así como también, se contribuyó a una mejor prevención de las personas por la difusión de la información en los medios de comunicación y redes sociales.
Si bien, hoy las universidades no son los únicos actores que contribuyen a la profesionalización y formación de las personas, sobre todo en la época de la educación por plataformas, todavía se puede aprovechar su rol como instituciones públicas para la innovación, ya sea por la disponibilidad de recursos (financieros y humanos) o la infraestructura física que pueden brindar. Esta práctica se debería promover ampliamente, ya que la aversión al riesgo puede ser menor por parte de las universidades públicas y los beneficios que se generen pueden ser más accesibles. Para ello, el financiamiento y fortalecimiento de las universidades por parte del Estado, es fundamental y lejos de disminuir, se debe mantener.
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Utilizar plataformas digitales abiertas
A pesar de la profunda digitalización de algunos de nuestros países, el acceso a ciertas plataformas digitales continúa siendo profundamente desigual. Por ejemplo, para acceder a ciertas Apps se debe pagar una cuota anual o mensual. En otros casos, existen servicios digitales que están restringidos o bloqueados en ciertos países como Chat GPT en algunos países de Latinoamérica.
Por estas razones, trabajar con plataformas digitales abiertas debe ser un criterio elemental al momento de generar instancias de colaboración, especialmente si se trabaja bajo el objetivo de brindar información pública. En este caso, el GEMVEP-USACH brinda una lección importante al trabajar con un software de código abierto como el Pentaho-Data Integration, en conjunto con R, Telegram y Power BI. Además, una vez se ajustaron los softwares al proceso “ETL” (Extracción, Transformación y Carga), se utilizó un bot analítico que publicaba informes resumidos de tendencias a nivel nacional y regional en un grupo abierto de Telegram.
Esta lección por parte del GEMVEP-USACH es un ejemplo de cómo el uso de la tecnología no debe implicar una restricción o limitantes para las personas; sino todo lo contrario, ya que puede llegar a ser una manera de democratizar la información, a través de procesos transparentes y abiertos.
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Mejor usar indicadores internacionales antes de crear nuevos
En este último tiempo, la innovación está corriendo el riesgo de ser una suerte de “tokenismo”, una acción o intención de querer innovar por innovar como afirma Nir Tsuk, fundador de Ashoka en Israel; y no necesariamente, para solucionar un problema. Otros, como es el caso de Ipsos, también han acuñado la frase de la “dictadura de la innovación” para reflejar esta situación. Sin embargo, más allá de las posturas particulares sobre la innovación, sí es cierto que aquellos elementos que funcionen y sean útiles para comunicar mejor, no deberían cambiarse. Un equipo innovador debe entender qué elementos no debe cambiar para que el servicio que está brindando se pueda entender.
Así fue con el caso del GEMVEP-USACH. En el momento de la construcción de indicadores para medir el grado de riesgo al contagio de Covid-19, se utilizaron los criterios mínimos que exigía la Organización Mundial de la Salud (OMS), si bien por tratarse de una pandemia, el uso de criterios globales era necesario, se trata de una práctica que no es común en otros ámbitos de las políticas públicas. Esta acción por parte del GEMVEP-USACH fue reconocida por parte la OMS y la OPS como un buen ejemplo a nivel global en los campos de la investigación y la respuesta en el marco de la pandemia.
Además, bajo el contexto de fragmentación que atraviesa la globalización, el hecho de compartir criterios en común o que sean universalmente aceptados, se vuelve cada vez más complejo y dificulta la capacidad de comparar datos e intercambiar conocimiento.
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Comunicar con armonía a la comunidad técnica y a la ciudadanía
Un problema frecuente en los grupos altamente especializados y vinculados a los desafíos que tiene el pensamiento de grupo mal ejecutado, se trata de la incapacidad de comunicar información y conocimiento a otras comunidades o a la sociedad en general. Por esa razón, no es de extrañar que, en este último tiempo, los perfiles de divulgadores científicos en YouTube se han vuelto muy populares, ya que se encargan de “traducir”, conceptos técnicos y teóricos para una audiencia no especializada en la materia.
En este punto, el GEMVEP-USACH gracias a su enfoque interdisciplinario pudo lograr una comunicación multifocal, considerando la audiencia más técnica integrada por la comunidad científica y la audiencia más general, mediada en muchas ocasiones por portales de noticias, redes sociales, canales de televisión y prensa escrita. El grupo se pudo posicionar como un actor relevante combinando una divulgación en medios de comunicación tradicionales con la participación en congresos, simposios y seminarios. De esta manera, se logró penetrar con mayor profundidad en distintas capas de la sociedad chilena, que derivó en la influencia y colaboración con las autoridades del Ministerio de Salud.
Esta lección de comunicación, no se debe tomar como algo obvio, ya que en una época marcada por la desinformación y el uso de programas de Inteligencia Artificial que todavía no tienen la capacidad de diferenciar, cuando se entrenan con una noticia falsa y una verdadera, el cómo comunicar, especialmente conceptos complejos, se vuelve una tarea impostergable que se debe implementar en otras áreas vinculadas al ámbito público.
Mientras el tiempo avanza, se corre el riesgo de olvidar las lecciones aprendidas en el contexto de las pandemias. Ciertos aprendizajes pueden representar un cambio de mentalidad en la manera de construir soluciones públicas a los problemas enmarañados que adolece la región de América Latina y el Sur Global. Este artículo es un recordatorio de cómo la gobernanza colaborativa implica beneficios para la sociedad, si se implementa de manera conveniente y oportuna.
Si quieres conocer más sobre la experiencia del GEMVEP-USACH, te invitamos a leer el reporte completo de Colabora.Lat: Una respuesta interdisciplinaria para comunicación de riesgo en pandemia. El proyecto del Grupo Epidemiológico Matemático para la Vigilancia de Epidemias y Pandemias de la Universidad de Santiago de Chile.
Por Carlos Carrasco