Guatemala en los territorios: lecciones de políticas para jóvenes a nivel municipal
He vivido casi toda mi vida lejos de mis cielos. Pero mis pies están marcados en los códices, en la voz profunda de mi pueblo.
Luis Cardoza y Aragón
Abordar el contexto de Guatemala es hablar de desigualdad, donde se mantiene un modelo de concentración de ingresos por parte de la población más rica y la posibilidad de movilidad social para las nuevas generaciones luce sumamente desafiante, no solo por el modelo económico; sino por la manera de implementar políticas públicas en los territorios. Asimismo, hablar de Guatemala, también es hablar de juventud, ya que el país tiene la población joven más grande de América Latina con cerca de 61% de su población con menos de 30 años.
Por esa razón, en el marco del proyecto Colabora.Lat brindamos una perspectiva de las juventudes guatemaltecas. Para ello, se tomará como punto de partida y de referencia el reporte Proceso de vacunación en los municipios de Mazatenango, Cobán y Amatitlán por parte de Sofía Montenegro e Isabel Reyes, quienes analizan la situación de los/as jóvenes al momento de implementar la política de vacunación a nivel territorial.
Las caras de las juventudes guatemaltecas
Según el Consejo Nacional de la Juventud (CONJUVE) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se estima que las juventudes entre 13 y 30 años representan cerca del 35.6% de la población guatemalteca y la mayoría habita las zonas urbanas. Además, hay una tendencia importante de identificación a grupos étnicos específicos como los maya, xinka y garífuna.
Si bien, existe una política de juventudes por parte del CONJUVE, la misma data del año 2012 y perdió su vigencia en el 2020, los procesos de consulta para una nueva política iniciaron en el año 2021 y en 2022 fue presentada en el Congreso, pero aún no se lanza la nueva política públicamente. En líneas generales, los objetivos de estos lineamientos se enmarcan en promover los derechos de las personas jóvenes de Guatemala con foco en la mejora de las condiciones de vida y el ejercicio pleno de su ciudadanía. Sin embargo, la situación de las juventudes se percibe como preocupante.
Según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), la inversión diaria por cada joven por parte del Estado guatemalteco resulta menor a un dólar diario (USD 0.76) y se advierte cómo la inversión pública en juventudes continúa siendo limitada e insuficiente. Además, se estima que 2,3 millones de jóvenes no están escolarizados. Esto no solo representa un problema en cuanto a la educación, sino también respecto a la (in)capacidad del Estado para conocer y apoyar a esta población.
Los territorios en cifras y contextos
Más de 3,5 millones de personas viven en la Ciudad de Guatemala y, según el Banco Mundial, ya se considera al país como de ingreso medio-alto y la economía más grande de América Central.
Con este contexto, cuando se profundiza en los territorios más allá del Área Metropolitana, se percibe un panorama marcado por la desigualdad en los ejes urbano- rural y étnico. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la desigualdad a nivel territorial, se traduce en irregularidades en la prestación de servicios de protección, rezago en la calidad de vivienda, así como en brechas en cuánto al acceso a internet y uso de tecnologías digitales.
Los tres municipios están dentro de un contexto mayoritariamente urbano: Cobán y Mazatenango son cabeceras de departamento, mientras que Amatitlán es un municipio a 27 Km de la capital, en la cual trabaja el 50% de su población. Sin embargo, esto no significa que no enfrenten retos estructurales. Por ejemplo en Cobán el mal estado de las carreteras, la falta de ordenamiento territorial, la escasez de agua, la inseguridad y transparencia en la administración pública son de las principales problemáticas que aquejan a la ciudadanía.
En la ciudad de Mazatenango se percibe un estancamiento en el desarrollo marcado por la falta de planificación de las autoridades locales y una escasa promoción del comercio y la industria.
Mientras tanto, en Amatitlán se enfrentan retos ambientales importantes, que no solo afectan los ecosistemas; sino también la dinámica de la propia ciudad. La contaminación del Lago de Amatitlán y de ríos aledaños, los problemas de movilidad al transportarse a la capital y la inseguridad son algunos de los factores que más afectan a sus habitantes.
Trabajar por las juventudes: Aprendizaje del proceso de vacunación
Considerando la descripción sobre las juventudes y el contexto de los municipios mencionados, no es de extrañar que ante la pandemia de Covid-19, la implementación de políticas para la prevención y vacunación tuvo retos importantes. A su vez, tuvieron un impacto diferenciado hacia las personas jóvenes.
Las investigadoras afirman que las juventudes guatemaltecas experimentaron violencia intrafamiliar, sufrieron de estigmatización al ser consideradas como responsables de la propagación del Covid-19 y en general, enfrentaron mayores exposiciones a la violencia, especialmente en los contextos más urbanos.
La vacunación de las juventudes a nivel nacional fue un proceso lento. En el análisis de Colabora.Lat, se indica que unos cinco meses después del inicio del proceso de vacunación, comenzó el proceso de vacunación para las juventudes, y para inicios de noviembre de ese año, solo se había alcanzado inmunizar al 19% de jóvenes entre 18 y 29 años.
También, se señala la desigualdad territorial de esta implementación.. Mientras que, para noviembre de 2021, el municipio de la Ciudad de Guatemala alcanzaba 79% de jóvenes vacunados, en los municipios de Cobán, Mazatenango y Amatitlán recién llegaban a 22%, 32% y 34% de juventudes vacunadas.
Sobre la base de esta situación de letargo, también se ubicaron aprendizajes que tienen potencialidad de mayor impacto en este grupo, considerando la vulnerabilidad que enfrentan por sus retos estructurales y coyunturales.
- Que las personas sean jóvenes, no significa mayor digitalización: Una lección identificada en el marco del proceso de vacunación fue la identificación de barreras tecnológicas, ya que solo 54% de las juventudes de Guatemala tiene acceso a Internet. Esto quiere decir, que, si se diseña una estrategia de comunicación para alcanzar a esta población con la finalidad de alguna política pública, no se puede depender solo del espacio digital.
- La presencialidad no se sustituye pero debe adaptarse a la realidad social: En función de esas barreras tecnológicas, la presencia física en el espacio público resultó importante para los procesos de vacunación. Sin embargo, en una primera instancia, los puntos se instalaron en establecimientos como centros comerciales con apoyo del sector privado. A pesar de esta colaboración, estos no resultaron ser los lugares de mayor afluencia de jóvenes ni de fácil acceso, lo que generó disparidades al favorecer la vacunación de las personas con mayores recursos.
- Comunicar más allá de los medios tradicionales: En un país con altos niveles de desigualdad y con una diversidad cultural de poblaciones maya y xinka, se vuelve necesario una comunicación con pertinencia cultural. La comunicación en una primera instancia, se basó en campañas de redes sociales, radio y televisión. Pero, la comunicación más efectiva para llegar a las comunidades vulnerables o con barreras lingüísticas se enmarcó en las acciones de actores y líderes comunitarios que difundieron de forma voluntaria el proceso de vacunación y sus implicaciones.
La realidad de Guatemala en sus territorios, sus juventudes y los aprendizajes del proceso de vacunación, no se trata de un hecho aislado. En América Latina y el Caribe, la vacunación durante los años 2021 y 2022 tuvo una curva de aprendizaje lenta, marcada por la desigualdad en su acceso. Recapitular sobre qué se hizo o qué se pudo haber mejorado, es conocimiento que se debe compartir y discutir, ya que esto permitirá seguir construyendo el camino hacia modelos de gobernanza aterrizados a las realidades de los países y evitar prácticas que sigan reproduciendo modelos de exclusión y desigualdad.
Si quieres conocer más sobre la experiencia de Guatemala, te invitamos a leer el reporte completo de Colabora.Lat de las investigadoras Sofía Montenegro e Isabel Reyes: Proceso de vacunación en los municipios de Mazatenango, Cobán y Amatitlán
Autor:
Carlos Carrasco, consultor Colabora.Lat